Pérdida o debilidad del esmalte dentario, aumento de la glucosa en sangre, hígado graso, baja disponibilidad de oxígeno plasmático, problemas renales, adicción y dependencia, los daños son muchos.
Las bebidas gaseosas suelen ser un peligro para la salud por el CO2 que liberan al organismo. No podemos vivir sin oxígeno, sin agua y sin alimentos para reconstruir y formar nuevas células, pero una de las sustancias de desecho, eliminadas después del uso de estos recursos, es el CO2, que se produce al metabolizar y obtener energía.
Pues bien, además del CO2 que producimos naturalmente en nuestro cuerpo, y que es eliminado por los pulmones en forma de gas o amortizado por enzimas y reacciones químicas, ¿qué pasa si damos al organismo una dosis extra de esta molécula tan perversa en forma de bebidas gaseosas de rico sabor?
El resultado es peligroso. Serán más sustancias, que producirán cantidades de CO2 dañinas. Estaríamos autodañándonos. Por tanto, hay un problema con las bebidas que producen este tipo de gas. Por ejemplo, cuando las tomamos, hacemos que los minerales del hueso, tales como el magnesio, el calcio y el fósforo, salgan a compensar el desequilibrio.
¿Qué pueden causarnos las bebidas gaseosas? Aumento de peso, pérdida de masa ósea, síndrome metabólico, diabetes tipo 2, acidosis metabólica, pérdida o debilidad del esmalte dentario, aumento de la glucosa en sangre, hígado graso, baja disponibilidad de oxígeno plasmático, problemas renales, adicción y dependencia.
Recomendaciones:
- Minimizar o eliminarlas, en la medida de lo posible
- Iniciar un proceso de deshabituación
- Si se toman, no mezclarlas con otros alimentos refinados como dulces o pastelería industrial
- No tomarlas con las comidas principales
Las bebidas gaseosas están prohibidas para pacientes hipertensos y diabéticos, ya que disparan los índices de glucemia. No deben tomarse vitaminas ni otros suplementos con efervescencia. Parecen más fáciles de ingerir y con buen sabor al gusto, pero una vitamina efervescente provoca daños colaterales. Mejor usarlas en el formato de píldora.
Recuerda que lo mejor es consumir alimentos naturales, sin adulteraciones en su composición o estructura. La clave es regresar a nuestras raíces, a lo más simple, para alimentarnos y nutrirnos.
POR DR. LUIS MONTEL
Las bebidas gaseosas suelen ser un peligro para la salud por el CO2 que liberan al organismo. No podemos vivir sin oxígeno, sin agua y sin alimentos para reconstruir y formar nuevas células, pero una de las sustancias de desecho, eliminadas después del uso de estos recursos, es el CO2, que se produce al metabolizar y obtener energía.
Pues bien, además del CO2 que producimos naturalmente en nuestro cuerpo, y que es eliminado por los pulmones en forma de gas o amortizado por enzimas y reacciones químicas, ¿qué pasa si damos al organismo una dosis extra de esta molécula tan perversa en forma de bebidas gaseosas de rico sabor?
El resultado es peligroso. Serán más sustancias, que producirán cantidades de CO2 dañinas. Estaríamos autodañándonos. Por tanto, hay un problema con las bebidas que producen este tipo de gas. Por ejemplo, cuando las tomamos, hacemos que los minerales del hueso, tales como el magnesio, el calcio y el fósforo, salgan a compensar el desequilibrio.
¿Qué pueden causarnos las bebidas gaseosas? Aumento de peso, pérdida de masa ósea, síndrome metabólico, diabetes tipo 2, acidosis metabólica, pérdida o debilidad del esmalte dentario, aumento de la glucosa en sangre, hígado graso, baja disponibilidad de oxígeno plasmático, problemas renales, adicción y dependencia.
Fuente eldiariony