Una nueva investigación que recomienda el consumo de leche de vaca entera sale al rescate de un producto cuyo consumo ha caído en picado, amenazado por sus versiones desnatadas y, sobre todo, las alternativas vegetales.
El estudio en cuestión, que toma en cuenta los datos de más de 130,000 personas en 21 países, relaciona el consumo de tres raciones al día de productos lácteos sin desnatar (como leche, queso o yogur) con índices más bajos de problemas cardiovasculares y mortalidad. Unos datos que pueden crear confusión, ya que las pautas dietéticas actuales más extendidas apuestan por el consumo de lácteos descremados o semidesnatados y minimizan el consumo de leche, quesos o yogures enteros.
Sin embargo, como señalan los autores en su trabajo, en los últimos años se ha producido una cierta demonización de la leche, en especial la entera. A mediados del siglo pasado, los estadounidenses consumían tres vasos de leche de vaca al día. Hoy eso es historia.
Este descenso llegó de la mano de lo que se señaló durante mucho tiempo como enemigo público número uno: la grasa. «El acento en el desnatado se basa fundamentalmente en los supuestos efectos dañinos de una única categoría de macronutrientes (los ácidos grasos saturados) sobre un único marcador de riesgo cardiovascular (el colesterol LDL)», señalan los autores de la investigación, liderada por científicos de la Universidad McMaster, en Canadá, y publicado en la revista médica The Lancet. Pero esta simplificación, apuntan, deja fuera a otros muchos ingredientes presentes en la leche entera como aminoácidos, grasas saturadas de cadena media, vitaminas como la K1 y la K2 e incluso probióticos. «Por tanto, la consideración del efecto neto sobre la salud no debería basarse solamente en los efectos sobre un solo marcador», escriben.
El otro gran «enemigo» de la leche entera son las bebidas vegetales, La industria de los lácteos, que se apoya en millonarias subvenciones estatales, lidia con consumidores que, cada vez en mayor medida, optan por alternativas no animales. De acuerdo con la consultora especialista en tendencias de mercado Mintel, se espera que las ventas de leche en EEUU desciendan un 11% entre 2015 y 2020. Mientras tanto, las alternativas no lácteas, como la leche de soja y almendra, han crecido en popularidad, con ventas que se incrementaron en más del 61%.
Como tantas veces ocurre cuando se trata de nutrición, las millonarias campañas publicitarias para potenciar un producto (como la exitosa campaña Got Milk?, que consiguió rodear al producto de un halo de salud que se mantuvo durante décadas) complican la vida del consumidor, que no sabe a qué atenerse. Trabajos como el estudio reciente podrían rescatar este halo saludable de la leche entera.
«Una almendra no puede lactar»
La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) arremetió recientemente contra las bebidas vegetales que se publicitan como leche y, según explicó su principal representante, Scott Gottlieb, prepara nuevas directrices sobre lo que debe ser descrito como leche. “Una almendra no puede lactar”, dijo Gottlieb en unas declaraciones que dieron lugar bromas de todo tipo, e incluso aparecieron en programas de entretenimiento nocturno como Late Show.
¿Realmente necesitamos la leche de vaca? La cuestión es que la mayoría de nosotros puede vivir muy feliz (nutricionalmente hablando) sin ella . La leche de vaca está diseñada para los terneros; la de oveja para las ovejas… y así. Un argumento que casi se ha convertido en un mantra defendido por expertos como Andy Yurechko, dietista del Augusta University Medical Center.
Yurechko recuerda que el único momento en que los mamíferos (incluyendo las personas) necesitan leche es durante su infancia: “ la leche queda obsoleta cuando hacemos la transición a los sólidos. ¿Ves a otros animales adultos bebiendo la leche de su madre?”. Una dieta equilibrada, señala este experto a Univisión Noticias, provee de todos los nutrientes que necesitamos.
“Los nutrientes que se encuentran en los lácteos, incluidos la proteína y el calcio, pueden encontrarse en las bebidas vegetales”, dice a Univisión Noticias el dietista certificado Matthew Ruscigno. “Se los recomienda frecuentemente porque la industria de los lácteos ha estado influyendo en los profesionales de la nutrición. La leche es barata, está en todas partes y tiene nutrientes. Pero esto no quiere decir que sea la única alternativa”.
Las leches vegetales, elaboradas con frutos secos y agua, tienen menos calorías (por debajo incluso de la leche desnatada), un argumento poderoso dado los elevados índices de obesidad que padece este país. Por otro lado, millones de personas tienen intolerancia a la lactosa (entre las personas asiáticas este porcentaje es del 90%). La lactosa es el azúcar que contiene de forma natural la leche, y entre las personas con intolerancia (no hay que confundir con alergia, que reviste mucha mayor gravedad) se producen síntomas gastrointestinales molestos como hinchazón.
El de salud, no obstante, no es el único argumento que esgrimen los consumidores que prefieren las bebidas vegetales. Otros son el tremendo impacto medioambiental de la ganadería industrial, que representa el 14,5% de la producción de gases de efecto invernadero (más de lo que genera todo el transporte mundial junto). «La industria de los lácteos tiene un gran trabajo de relaciones públicas por delante para convencer al público de que está produciendo un producto bueno para los animales, bueno para las personas y para el planeta”, señala Marion Nestle en declaraciones a NPR. Nestle, profesora de nutrición y salud pública en la New York University y autora de Food Politics señala que “la leche es la comida perfecta… para los terneros, no para los humanos. Y hay muchas pruebas de que no es necesaria”.
¿Qué necesitamos saber sobre las bebidas vegetales?
- Lo más importante es leer bien las etiquetas ya que no todas tienen los mismos valores nutricionales, y muchas marcas incluyen una gran cantidad de azúcar añadido (¡huye de ellas!).
- Las bebidas vegetales no contienen la alta cantidad de calcio que se encuentra en la leche de vaca. Si esto es importante para ti, busca marcas que fortifiquen el producto con calcio y con vitamina D, y sé consciente de que el calcio de las bebidas vegetales se absorbe peor.
- De la misma manera, la leche de vaca tiene más valor proteico. La que más se aproxima a la animal es la leche de soja, quizá la mejor elección en caso de dudas (siempre que esté fortificada).
- En cuanto al sabor, varían enormemente: cuestión de gustos. Se trata de ir probando y elegir la que más te agrade.