Gremiales empresariales de El Salvador señalan que hay que mantener cautela.
Representantes del sector privado salvadoreño explicaron que no esperan efectos negativos para El Salvador debido a la guerra comercial entre China y Estados Unidos, al menos no de forma inmediata. Sin embargo, afirman que hay que mantener la cautela y vigilar que, por ejemplo, no se dé encarecimiento de productos tercerizados o que vengan desde China a través de Estados Unidos.
El Gobierno de Donald Trump aumentó el viernes los impuestos a la importación de miles de millones de dólares en productos chinos del 10 % al 25 %. La medida escaló las tensiones entre Pekín y Washing-ton, y China juró tomar las contramedidas necesarias, pero no dio detalles.
Trump afirmó el viernes en Twitter que los aranceles «podrían o no eliminarse, depende de lo que suceda con respecto a futuras negociaciones». Un funcionario de la Casa Blanca, quien habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado para hablar públicamente del tema, confirmó que las conversaciones habían concluido por el día, pero no dijo cuándo se retomarían.
«Estados Unidos, a través de su Gobierno, ha decidido cambiar las condiciones del comercio con China. Donald Trump es un nacionalista y ha decidido aplicar aranceles a los productos chinos», dijo Luis Cardenal, presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP).
El dirigente gremial afirmó que estas acciones buscan evitar algo que parece inminente: que para 2040 el tamaño de la economía de China duplicará a la de los Estados Unidos.
El Salvador tiene ahora formalmente relaciones tanto con China como con Estados Unidos, recordó Cardenal, pero sin una estrategia adecuada «el país puede verse en medio de una batalla de gigantes».
Silvia Cuéllar, directora ejecutiva de la Corporación Salvadoreña de Exportadores (COEXPORT), dijo que no cree que haya una afectación inmediata por la guerra comercial entre Estados Unidos y China. «Incluso puede disminuir la venta de productos chinos en Estados Unidos y puede haber más oportunidades para los nuestros», explicó.
Sin embargo, advirtió que con lo que se debe tener cuidado es con la tercerización sin producción. «También puede pasar que algunos productos resulten más caros de importar si venían de China, transformados para la región. Tendríamos que ir viendo categorías y aranceles», indicó.
A lo que hay que poner atención es al impacto de estas medidas en la dinámica económica mundial, agregó Rommel Rodríguez, especialista de la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE). «Por lo pronto, tenemos relaciones económicas con ambos países, pero evidentemente la más fuerte es con Estados Unidos. El establecimiento de aranceles por uno y otro lado es un problema bilateral en principio, pero que gradualmente puede ir afectando la dinámica económica mundial», comentó.
Agregó que analistas internacionales y calificadoras de riesgo indican que estos efectos se estarían viendo a finales de este año y principios de 2020. «Los rubros más importantes son los de la gama industrial, son dos economías potentes, industrializadas, que se proporcionan insumos unos a otros», agregó.
Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), dijo a principios de abril que la guerra comercial entre China y Estados Unidos era un elemento que volvía delicado este momento para la economía mundial.
«En particular, analizamos qué ocurriría si los aranceles a todos los bienes comerciales entre Estados Unidos y China aumentaran 25 puntos porcentuales. Esto por sí solo reduciría el producto interno bruto (PIB) anual en 0.6 % en Estados Unidos, y en 1.5 % en China», advirtió Lagarde.
Así, el impacto de estas medidas proteccionistas en la economía estadounidense sí representa una amenaza para economías más pequeñas y dependientes de lo que pasa en EUA, como El Salvador.
Confrontaciones
El Gobierno de Trump escaló la confrontación después de que partiera la delegación china. El representante comercial norteamericano, Robert Lighthizer, anunció el viernes por la noche que se estaba preparando para aplicar aranceles sobre los $300,000 millones en importaciones chinas que no han sido objeto de tales impuestos.
El Gobierno debe permitir comentarios públicos antes de poder aplicar los nuevos gravámenes. Los aranceles son impuestos pagados por importadores de Estados Unidos que con frecuencia son absorbidos por los clientes y empresas que dependen de componentes importados. El aumento más reciente impone un arancel 25 % sobre un total de $250,000 millones en bienes importados de China, incluidos $50,000 millones en importaciones que ya pagaban el 25 %.
Trump dijo que planeaba extender el arancel a todos los productos chinos importados por Estados Unidos. En represalia al aumento previo de aranceles, Pekín hizo lo propio sobre $110,000 millones en productos estadounidenses, pero los reguladores se quedan sin opciones de bienes estadounidenses para penalizar debido al desbalance comercial.