El impacto de la contaminación del aire es más serio de lo que previamente se había pensado.
Como explica David Shukman, editor de temas de ciencia de la BBC, el hecho que las partículas suspendidas en el aire y los gases tóxicos y venenosos no se vean, no quiere decir que se les pueda restar importancia.
De hecho, durante décadas las investigaciones han revelado cómo gases como el dióxido de nitrógeno y las pequeñas partículas conocidas como «material particulado» (MP) pueden alcanzar los lugares más profundos del cuerpo y causar daños permanentes.
El efecto más obvio es sobre la respiración. Quien sufre de asma, por ejemplo, es más propenso a los riesgos, pues el aire sucio puede causar problemas crónicos y desencadenar un ataque.
«Todo ese aire contaminado puede dañar tus pulmones, hasta puede dañar tu cerebro, puede dañar casi todo en tu cuerpo», explica el pequeño.
Alfie, un estudiante de primaria en Eltham, una localidad cerca de la congestionada autopista circunvalar de Londres, es uno de los 300 niños en la capital británica que están tomando parte en una investigación especial.
El proyecto implica que cada niño cargue una mochila de monitoreo de aire que está equipada con instrumentos que miden el dióxido de nitrógeno y las más pequeñas partículas, llamadas MP2,5.
Según el estudio Estado Global del Aire 2019, publicado este 3 de abril por el Instituto de Efectos sobre la Salud,la esperanza de vida de los niños que nacen hoy en día se reducirá en promedio 20 meses por causa del aire contaminado.
La situación es particularmente grave en el sur de Asia, donde se estima una reducción de la esperanza de vida de 30 meses, mientras que en América Latina es nada más de nueve.
Pero según el estudio, a nivel mundial la contaminación del aire contribuyó a casi una de cada 10 muertes registradas en 2017, lo que la convierte en un asesino más grande que la malaria y los accidentes de tráfico.