A medida que continúan las masivas protestas contra las duras medidas de ajuste económico en Ecuador, el presidente Lenín Moreno habla de una desestabilización de origen externo, mientras algunos de sus aliados políticos se han llegado a pronunciar en contra de la reforma.
El clima de exacerbación social en el Ecuador encuentra su génesis una carta de intención con el Fondo Monetario Internacional (FMI) firmada en marzo de este año, en la cual el país andino se comprometía a un severo ajuste fiscal, una revisión de los subsidios a los combustibles, una reforma tributaria con enfoque en impuestos indirectos y flexibilización laboral.
El presidente Lenín Moreno aseguró que el incremento de precios de los carburantes en más de un 120 % es una medida necesaria que ningún gobierno tuvo la valentía de tomar y que generará un ahorro de 1.500 millones de dólares anuales al fisco.
El ajuste de la discordia
El FMI respaldó al mandatario y afirmó en un comunicado publicado el pasado miércoles que estas reformas «tienen como objetivo mejorar la resiliencia y la sostenibilidad de la economía ecuatoriana y fomentar un crecimiento sólido e inclusivo».
«No existe posibilidad de cambiar principalmente aquellas [medidas] relacionadas con un subsidio perverso que estaba causando demasiado daño al país, que distorsionaba la economía», argumentó el presidente.
Pero en contraposición, el país entero ha estado movilizado en diversos sectores, no solo con los transportistas que lideraron al inicio las protestas y paralizaciones, sino con el propio movimiento indígena, que ha protagonizado históricas convocatorias contra medidas percibidas como empobrecedoras de la población. También se han sumado estudiantes y decenas miles de ciudadanos.
El movimiento indígena llega a Quito
— RT en Español (@ActualidadRT) October 8, 2019
Al grito de «¡El pueblo unido jamás será vencido!», el movimiento indígena entró en la capital ecuatoriana de Quito en protesta contra el ‘paquetazo’ del presidente del país Lenín Moreno pic.twitter.com/ptYOdUc404
‘Nos perjudica a todos’
«Si no hacemos algo por nuestra ciudadanía, por nuestros hijos a futuro, esto se nos va para peor. Somos conscientes de que muchos iremos al hospital, a la cárcel», manifestó uno de los transportistas movilizados.
«Prácticamente, Lenín Moreno nos está mandando a la miseria con esas medidas económicas, trabajando solo para los poderosos, los ricos de esta patria, y nosotros quedándonos a la deriva», declaró a su vez un manifestaste de la provincia de Sucumbíos.
«Es parte de la reacción de un pueblo que no se esperaba un golpe tan duro. Si los analistas financieros y económicos del país dicen que eso es bueno, sí quisiera que de aquí a seis meses vean el resultado que ha pasado», añadió otro ciudadano.
«Nos perjudica, a todos quienes somos campesinos, nos perjudica», expresó otro de los participantes en las protestas.
¿Amenaza externa?
Distintos sectores han denunciado una fuerte represión en las calles y abusos contra manifestantes y periodistas. Mientras tanto, Lenín Moreno define las movilizaciones como un intento de desestabilización de su Gobierno y algunos de sus voceros políticos han insistido en culpar al expresidente Rafael Correa.
«La intención, como parece que se evidencia, es definitivamente desestabilizar al Gobierno democráticamente y legalmente constituido», aseveró el el presidente ecuatoriano.
Pero la novedad es que se han sumado muchas más voces críticas del otro lado, incluso algunas que antes apoyaban al presidente.