Don Carmelo, como es conocido José Carmen Moya, se puso de rodillas en el pavimento y alzó sus manos y mirada al cielo, para darle gracias a Dios por los nueve años que le prestó a su caballo, a quien había bautizado como Trencito.
El hombre de 70 años no podía ocultar su tristeza porque minutos antes el animal se desplomó y falleció de súbito cuando lo acompañaba en la venta de lácteos por las principales calles de Ahuachapán.
Trencito acompañó a don Carmelo en dicho recorrido desde hace tres años, cuando el septuagenario comenzó a tener problemas para caminar, debido al reumatismo que presenta en ambas rodillas.
Desde entonces, el caballo fue su acompañante, aunque en su grupo familiar estuvo por nueve años.
El caballo había muerto de un paro cardíaco; debido a su avanzada edad que le provoca dolor en las piernas don Carmelo pensó que se quedaría sin vender sus lácteos, luego del fallecimiento del caballo
Historia: Don Carmelo agradece a Dios por los años que le prestó a su caballo Trencito
Gracias a lo viral que se volvió la historia, don Carmelo recibió ese mismo día como regalo otro caballo, con mucha alegría y melancolía.
Su nuevo compañero de trabajo fue bautizado este mismo día como «El Justiciero». Este fue nombrado así porque dice que este gran regalo fue obra de la «justicia», ya que decenas de personas se tomaron el tiempo de ayudarle luego de perder a Trencito.

«Trencito, siempre te voy a tener en mi corazón. Gracias caballito por todo lo que hiciste», dijo don Carmelo mientras acariciaba su nuevo corcel y recordaba aquel que por 9 años le ayudó a recorrer los pueblos de Ahuachapán.
Con lágrimas en los ojos, la familia que cuidaba al nuevo caballo, antes de pasar a las manos de Don Carmelo, dijo sentirse feliz porque ahora el animal tendrá otra vida al lado de alguien que lo necesita para trabajar y sobrevivir.
«Se que va en buenas manos. Nos hemos criado con el caballo, pero lo necesita. Ha estado bastante tiempo en la familia, estaba pequeñito», señala María P. con nostalgia.
