El Octavo Salón Internacional de Arte Abstracto llegó, este año, a una de sus ediciones más importantes, al ser dedicado a dos grandes maestros por su trayectoria e historia: Armando Solís y Edwin Ayala.
La inauguración se desarrolló el pasado jueves en el Palacio Municipal Tecleño, en Santa Tecla, y reunió a grandes artistas internacionales de Francia, España, Costa Rica, Guatemala, Puerto Rico y México, entre otros, para mostrar las creaciones que surgieron durante la pandemia.
El salvadoreño Álex Donado ganó el primer lugar de la exposición con su obra «Metamorfosis», por lo que recibió el premio único Araujo Funes, que incluye $1,000 en efectivo. «La obra se llama así porque es un cambio en mi vida pictórica. Antes pintaba figuras plásticas, casi contemporáneas, pero en esta pandemia me surgió la idea de cambiar, de ver que todo ha cambiado», dijo.
Óleo sobre lienzo, sobre tela, acrílico, lápiz y papel son algunas de las técnicas y elementos que los artistas han utilizado para plasmar pensamientos y sentimientos que muchas veces nacen de canciones. «Utilizo óleo, a veces acrílico, principalmente el tul. Mi pintura tiene de título la canción con la que he trabajado», indicó la guatemalteca Andrea Letona.
También la madera se hizo presente en esta exposición con las esculturas de Darío Rivera, de Honduras; Yeiner Agüero y Marvin Castro, ambos de Costa Rica, y Salvador de la Mancha, de El Salvador.
Durante diciembre, 70 pinturas y siete esculturas podrán ser vistas o adquiridas en el Palacio Tecleño.
Armando Solís, Edwin Ayala y Celeste Pérez Bennett: El inicio, la transición y el desenlace
Por: David Duke
Los relevos generacionales en la pintura abstracta son urgentes, como lo son en la vida y en la economía de este país. Gracias a esos relevos, las vanguardias surgen, muchas veces son forzadas y otras fluyen de manera natural.
El Octavo Salón Internacional de Arte Abstracto se celebra en el Palacio Tecleño el jueves 3 de diciembre con un homenaje a Armando Solís y Edwin Ayala por su vida en el arte.
Ahí exponen muchos artistas con larga y mediana trayectoria, pero también expone el relevo de nuestra generación, quien más pronto que tarde veremos en la palestra por su genialidad y libertad estética. Hablo de Celeste Pérez Bennett, quien ha sido «mi estudiante» y a quien le tengo mucha admiración; con 11 años y habiendo sido estudiante de Armando Solís, me ha enseñado a no tener conceptos preconcebidos en el abstracto y a darles libertad a los estilos que pueden generarse con el color y con las herramientas.
Por estas razones, por el apoyo de sus padres y por no tener miedo a experimentar con la pintura de una manera natural, puedo asegurar que el país tiene a una artista que va a destacar y sobresalir en un par de años.
Cabe destacar que en la exposición participan más de 50 artistas nacionales y más de 20 internacionales, que hay participantes con una trayectoria internacional de renombre y que además no solo fue pintura abstracta, sino también escultura abstracta.