La caída económica de hasta 8.5% del PIB que pronostica el Banco Central de Reserva (BCR) debido a los efectos del COVID-19 solo es comparable con las cifras reportadas en 1980, cuando el país se adentraba a un conflicto armado que duró 12 años.
Se estima que hay más de 61,000 salvadoreños que han perdido sus trabajos o están suspendidos temporalmente.
Para este año, el Banco Central de Reserva (BCR) ha proyectado que, debido a la pandemia, la economía salvadoreña caerá en un rango de entre 6.5 % y 8.5%, números que empeoraron respecto a las proyecciones que el Banco estimaba en marzo, cuando el virus recién comenzaba a esparcirse en el territorio nacional.
El análisis del desempeño económico del Banco Central no le atribuye el problema a las medidas restrictivas, sino “al actual entorno de incertidumbre sobre la duración y el control del coronavirus (vacunas y/o medicamentos paliativos), así como las expectativas macroeconómicas mundiales y de los principales socios comerciales que denotan una contracción del crecimiento durante el año 2020, constituyen los principales factores explicativos de la proyección a la baja en el crecimiento económico de El Salvador en un rango estimado entre -6.5% a -8.5%”.
El Banco Mundial también ha estimado una caída de – 5.4% para el país y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, ha hecho una proyección más conservadora, con una caída de la economía por el orden del 3%,del PIB.
Otros países de la región tienen proyecciones de desaceleración menos drásticas que las de El Salvador.
La economía de Guatemala podría caer un – 3 % y Honduras, un 5.8% mientras que Nicaragua tendría una baja del – 6.3% y Costa Rica, – 3.3% de caída según datos del Banco Mundial.
En el país, tras más de 80 días de cuarentena y sin medidas de alivio económico, miles de negocios han ido quebrando poco a poco y con ello, aumentando el número de desempleados, reduciendo la recaudación tributaria para el Estado y disminuyendo el consumo local.