Su entrega a la profesión, el amor al prójimo y los sueños por alcanzar hicieron que Marilú Bonilla Sorto, de 34 años, le pidiera a su hijo de 15 años que le enseñara a andar en bicicleta para desplazarse hacia el Hospital Nacional San Juan de Dios, en San Miguel, en donde labora desde hace cinco años como enfermera en el área de Pediatría.
Bonilla salía todos los días de su vivienda, en la colonia Ciudad Pacífica, municipio de San Miguel, a abordar el autobús, pero esta rutina cambió cuando a inicios de abril de 2020 se subió a un bus de la ruta 90-B y un pasajero le escupió sus pies y le pidió que se bajara de la unidad.
«La idea de andar en bicicleta fue debido a que había mucha marginación por la pandemia. En cierta ocasión, me subí al bus y un señor me dijo que no me fuera a sentar a la par de él, y que me bajara del bus porque yo andaba el virus, y seguido de eso me tiró una escupida y entonces mejor decidí andar en bicicleta», comentó Bonilla Sorto.
Se alejó del pasajero y con mucho temor siguió el viaje, pero pensando en opciones para movilizarse a su trabajo y evitar ser marginada. Mientras laboraba, se le ocurrió que podía desplazarse en la bicicleta de su hijo, por lo que le pidió que le enseñara a usarla. Asegura que disfruta su trabajo y que uno de sus motivos principales para luchar día a día es el deseo de ver a sus dos hijos como profesionales.
«A mis hijos les da miedo que me vaya en la bicicleta, pero gracias a Dios nunca me ha pasado nada. Durante las tormentas lo que pasaba era que me mojaba o los carros me ensuciaban cuando pasaban a la par mía, pero gracias a Dios nunca he tenido ningún percance», comentó.
Agregó que para ella no hay obstáculos y sabe que con mucha paciencia y trabajo los sueños se cumplen. «Mi sueño de ser enfermera inició cuando veía que mi mamá llevaba al hospital a mis hermanos. Yo decía que quería estudiar eso [enfermería] y ayudar y curar a los niños, y gracias a Dios estoy cumpliendo mi sueño», añadió la enfermera.
«Si alguien quiere comprar artesanía de barro, puede llamar y hacer su pedido al 7596-2164 o visitar el puesto que tengo en el parque de la colonia Ciudad Pacífica»
Marilú Bonilla, enfermera.
La situación económica que atraviesa y el deseo de darles una vida mejor a sus hijos hizo que emprendiera un negocio en el parque de la colonia Ciudad Pacífica y en su vivienda, en donde vende artesanías. Bonilla es originaria del municipio de Guatajiagua, Morazán, y cuando era pequeña aprendió a hacer ollas de barro, tinajas, cacerolas, comales, entre otros artículos.
«Cuando salgo posturno vengo a dormir en la mañana y en la tarde salgo a vender. Tengo un puesto acá en mi casa y otro en el parque de la colonia. Yo soy diabética y me tengo que comprar el medicamento, ya que en el hospital no tengo plaza fija y no cotizo seguro», comentó la enfermera.
Añadió que una de sus aspiraciones a corto plazo es lograr una plaza fija, ya que es madre soltera y sus hijos dependen solo de ella.
Fuente diarioelsalvador