«Simplemente ya no quería seguir viva». Así de contundente se expresó Meghan Markle al recordar sus peores momentos en el entorno de la familia real británica, en la esperada entrevista que ella y su esposo, el príncipe Harry, concedieron a la presentadora estadounidense Oprah Winfrey, y que fue emitida por la cadena CBS este domingo por la noche (madrugada en España), en Estados Unidos.
Además de revelar que durante su embarazo tuvo pensamientos autodestructivos, y que no encontró ningún apoyo por parte de la Casa Real, la duquesa de Sussex aseguró asimismo que ciertos miembros de la familia real británica expresaron dudas sobre el color de piel que tendría su primer hijo con el príncipe Harry.
Los duques de Sussex anunciaron además durante la entrevista que esperan una niña, que nacerá este verano, y que será la hermana de Archie Mountbatten-Windsor, su primer hijo, de casi dos años, y revelaron asimismo que se casaron en secreto tres días antes de la fecha oficial de su boda, en mayo de 2018.
En uno de los momentos más tensos de la entrevista, Meghan afirmó que le llegaron a preguntar a Harry cómo de oscura podría ser la piel de Archie, el hijo de la pareja, nacido en 2019, en referencia a las raíces afroamericanas de Meghan. Al parecer, esa conversación se produjo entre Harry y uno o varios miembros de la familia real, y Harry se la transmitió después a ella.
«En los meses en los que yo estaba embarazada, hubo preocupaciones y conversaciones sobre lo oscura que podría ser su piel cuando naciera», aseguró Meghan, quien, no obstante, no quiso decir quién había articulado esos comentarios, porque «sería muy perjudicial para ellos».
Cuando se incorporó más tarde a la entrevista (la primera parte de la emisión la protagonizó Meghan en solitario), el príncipe Harry confirmó que la conversación giró en torno a «qué aspecto iban a tener los hijos» que tuviera con Meghan, pero también se negó a dar más detalles al respecto. «Es una conversación de la que nunca voy a hablar», afirmó Harry, agregando, no obstante, que fue «impactante».
Meghan aseguró también que cuando esperaba en 2019 el nacimiento de su primer hijo, Archie, se enteró de que la Casa Real «no quería que tuviera el título príncipe» ni que «se le proporcionase seguridad».
Añadió que se sintió abrumada por la idea de que su hijo «no fuera a estar seguro, y por que al primer miembro de color de esta familia no se le diera un título de la misma forma que a otros nietos se les daría».
La duquesa de Sussex lamentó que pueda haber ese tipo de actitud en la familia real, porque «la Commonwealth es una parte enorme de la monarquía y el 60% o 70% son gente de color», y añadió que sabe «lo importante que ha sido para ellos ver alguien en esta posición que tiene un aspecto similar al suyo».
«No quería seguir viva»
Meghan reveló que su salud mental empeoró notablemente durante su primer embarazo, y que llegó un punto en el que tuvo que hablar en serio con Harry porque «no quería seguir viva». «Y ese era un pensamiento muy real, claro, aterrador, constante», subrayó.
Afirmó que acudió entonces a «una de las personas de mayor rango en la institución» de la Casa Real y le «suplicó que le ayudara» a mejorar su salud mental, pero le respondieron «que no, que no podían hacer nada» por ella.
«Nunca hicieron nada, así que tuvimos que encontrar una solución», agregó Meghan, en aparente referencia a la decisión de ambos de apartarse de la monarquía y empezar una nueva vida fuera del Reino Unido.
La duquesa de Sussex recalcó que, aunque en ese momento no pudo sentirse «más sola», ha recuperado su salud mental y ahora siente que «merece la pena vivir».
La relación con Kate
Meghan se pronunció además sobre el rumor de que, antes de su boda con Harry, ella había hecho llorar a su cuñada Kate, duquesa de Cambridge y esposa del príncipe William, al asegurar que eso nunca ocurrió y que, de hecho, «fue al revés».
«La narrativa de que yo hice llorar a Kate fue el comienzo del asesinato de mi ‘personaje’ [a los ojos de la sociedad británica]», dijo Meghan, quien lamentó que la Casa Real nunca desmintiera ese rumor, como sí hacía con los que afectaban a «cualquier otro» de sus miembros.
La duquesa alegó que fue Kate quien estaba «molesta por el tema de los vestidos de las damas de honor» de su enlace, y añadió: «Me hizo llorar e hirió mis sentimientos».
Sin embargo, agregó que Kate «luego se disculpó» y le envió flores, y aseguró que ella la considera «una buena persona», por lo que confió en que comprenda que hay que «corregir» la impresión de que Meghan la trató mal.
Harry, «decepcionado» con su padre
Con respecto a los acontecimientos que derivaron en la salida de la pareja del Reino Unido, Harry dijo que su madre, Diana, se sentiría «enojada y triste por cómo salieron las cosas», pero que «todo lo que ella querría es que seamos felices».
Harry reveló asimismo que la pareja dejó de recibir apoyo financiero de la familia real en la primera mitad de 2020, y también que, por un tiempo, su padre, el príncipe Carlos, no respondió a sus llamadas. Añadió que, aunque ambos han vuelto a hablar, aún se siente «muy decepcionado» con su padre.
También aprovechó para negar el rumor de que no le habían comunciado a la reina su decisión de apartarse de la monarquía. «Yo nunca ocultaría algo así a mi abuela, tengo demasiado respeto por ella», indicó, y añadió que tienen una buena relación con la reina y hablan con ella por Zoom.
Sobre su hermano William, el segundo en la línea de sucesión al trono, dijo que la relación entre ambos consiste ahora en darse «espacio», y que aunque le «quiere mucho», están en «caminos diferentes».
No planean tener más hijos
Los duques de Sussex, que viven en California desde hace casi un año, precisaron asimismo que no planean tener más hijos. «Con dos nos basta», afirmó Harry, quien se mostró emocionado por tener «un niño y después una niña» y añadió: «¿Qué más se puede pedir?». «Ahora tenemos nuestra familia y somos cuatro», añadió .
La pareja anunció en febrero que Meghan estaba embarazada, apenas unos meses después de revelar que el pasado julio habían perdido un bebé.
El pasado 19 de febrero, Harry y Meghan confirmaron a la reina que no volverán a trabajar como miembros de la familia real británica, tras haber decidido hace un año apartarse de la monarquía, empezar una nueva vida fuera del Reino Unido y ser financieramente independientes, en lo que entonces se conoció como el «Megxit».
Tras esta confirmación, la jefa de Estado decidió retirarle a su nieto -sexto en la línea de sucesión al trono británico- los patrocinios honorarios que ostentaba y distribuirlos entre otros miembros de la familia.
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