La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, ordenó este martes el confinamiento por tres días de los más de cinco millones de habitantes del país, tras detectarse un caso de transmisión comunitaria en la ciudad de Auckland, el primero desde el pasado 28 de febrero.
La medida, que se da ante el temor de que el caso detectado hoy sea con la variante delta, entrará en vigor a medianoche, aunque los casi 1.7 millones de pobladores de Auckland, la ciudad más poblada de Nueva Zelanda, y más de mil 600 de la aledaña península de Coromandel estarán confinados durante siete días.
En virtud de la orden sanitaria, los neozelandeses solo podrán salir de sus casas -con cubrebocas y guardando una distancia de dos metros respecto a otra persona- para hacer la compra, practicar deporte, someterse a pruebas para detectar la covid-19, entre otras razones esenciales.
El director general de Salud de Nueva Zelanda, Ashley Bloomfield, explicó en la rueda de prensa que el hombre de 58 años de edad contagiado con el virus, quien viajó durante el fin de semana a la península de Coromadel, comenzó su periodo infeccioso el jueves pasado.
Desde el inicio de la pandemia, Nueva Zelanda acumula más de 2 mil 900 casos confirmados y probables de covid-19, incluyendo 26 fallecidos y 43 casos activos, casi todos en los centros de cuarentena.
Las autoridades neozelandesas aceleraron la semana pasada su campaña de vacunación, que se inició en febrero pasado con los trabajadores de fronteras y comenzó a inocular dosis de Pfizer a la población en general de más de 5 millones de habitantes a finales de julio.
El Ejecutivo pretende terminar de vacunar a la población objetivo antes de finales de año para reabrir sus fronteras, que cerró en marzo de 2020, a partir del primer trimestre de 2021 mediante un plan individualizado que sopesa el riesgo del país de origen del viajero internacional y sus estatus de inmunización.
Fuente milenio.com