Los cementerios municipales empiezan a colapsar por la escasez de espacio y la mayor demanda de inhumaciones.
Ilopango
Uno de los casos es el cementerio de Ilopango, que según el alcalde Adán Perdomo está colapsado y no precisamente por la pandemia, sino desde antes de la emergencia, aunque reconoce que la situación actual lo ha empeorado.
El problema ha sido que siempre que la alcaldía o el concejo municipal se proponía comprar un terreno para dedicarlo para cementerio, los residentes enviaban carta en oposición. Frente al problema actual, el concejo municipal de Ilopango aprobó fondos para comprar un terreno y solo requieren de las instituciones del gobierno colaboren para acelerar los permisos.
La Unión
En La Unión sucede lo mismo. De acuerdo con los pobladores, el cementerio municipal está colapsado, su vida útil terminó hace 25 años, no hay espacio para que la comuna asigne como área exclusiva para víctimas del COVID-19.
Álvaro Figueroa, coordinador de Protección Civil Municipal de La Unión, dijo que a partir de este lunes el alcalde Ezequiel Milla verificará unos terrenos que adquirirán para habilitarlo como cementerio COVID-19. Solo entre sábado y domingo tres personas fueron enterradas en los cementerios de La Unión y Conchagua, con el protocolo sanitario.
Soyapango
A diferencia de los municipios anteriores, Soyapango cuenta con el cementerio Jardín Municipal, situado en colonia Sierra Morena e inaugurado en 2017, con capacidad de entre 10,000 y 14,000 entierros; y a la fecha solo ha hecho uso de un 15 por ciento de la capacidad.
El camposanto fue dividido en dos sectores; uno para los inhumaciones hechas con protocolo COVID y otro para el resto de funerales. Fuentes municipales explicaron que han realizado 66 entierros aplicando el protocolo.