El proyecto en el que Ventura trabajó por alrededor de un año se trata de sintetizar la molécula de sulforafano, que se halla en el brócoli, para ofrecer una alternativa de quimioterapias más accesibles y sin efectos secundarios.
Rodrigo Ventura, de 21 años, becario en China y originario de Soyapango, El Salvador, se agenció la medalla de oro en la competencia iGEM (International Genetically Engineered Machine Competition), desarrollada en París entre el 23 y el 26 de octubre.
Él y otros cuatro compañeros de la Universidad de Tecnología Química de Beijing, China (BUCT, en inglés), lograron superar todas las pruebas de la competencia iGEM, la más importante en el mundo para la biología sintética. Compitieron en la categoría de biomanufactura contra equipos de las mejores universidades del mundo como Harvard, Cambridge, Oxford, Cornell, Tsinghua y Zhejiang.
El proyecto en el que Ventura trabajó por alrededor de un año se trata de sintetizar la molécula de sulforafano, que se halla en el brócoli, para ofrecer una alternativa de quimioterapias más accesibles y sin efectos secundarios.
«Desde el comienzo de este viaje he tenido la oportunidad de aprender y aplicar conocimientos en biología sintética que pueden tener un impacto real en el futuro de la biotecnología, no solo en China, sino también en mi país, El Salvador», mencionó Ventura.
Además, asistieron al evento «startups» de biotecnologías. Entre los patrocinadores de la competencia estaban el Departamento de Estado de Estados Unidos y el Buró Federal de Investigaciones (FBI).
Desde sus inicios como estudiante en El Salvador sobresalió con un promedio de 9.5 en la universidad. Se empeñó en conseguir una beca en la República Popular China y eligió a BUCT por ser la mejor en el ámbito que le apasiona. De BUCT compitieron dos equipos. El de Ventura fue patrocinado por la Facultad de Ciencias de la Vida.
«Al llegar a China tuve que comenzar desde cero, como un donnadie, y ganarme el derecho de piso a puro estudio y sacrificio. Mudándome a un país desconocido, enfrentando la barrera del idioma y un sistema educativo diferente, sabía que debía luchar. Cada día fue una batalla, con altibajos, y aunque a veces no ganaba, nunca me rendí. Esta medalla es el resultado de esas pequeñas batallas diarias, de la perseverancia y el compromiso con mi sueño. Ganar la medalla de oro en tan importante competencia significa para mí que todos los sacrificios que he hecho no han sido en vano», añadió Ventura.
En adelante, su enfoque es continuar con sus estudios para tener un doctorado en biología molecular. En paralelo, continúa inscrito en otras competencias.
«Quiero regresar a mi país con ese título y ayudar a El Salvador a salir adelante desde mi especialidad. El apoyo de mi familia y amigos ha sido fundamental en este camino. Mis compañeros del colegio me alentaron. Mi familia encendió muchas velas y asistí a misa para pedir por una medalla de oro. Además, la comunidad de becarios salvadoreños en China me mostró su apoyo. Cuando salió mi primera publicación en el periódico, la comunidad scout, a la que pertenezco, también me respaldó», relató.
Para clasificar en la competencia también dio diversas charlas por medio de videollamadas con universidades de El Salvador. «Sé que no soy el mejor de mi país ni por lejos; hay muchísimas personas con un talento abrumador. Espero que mi historia pueda motivar a otros a seguir adelante con sus sueños», reflexionó.