Los problemas con el servicio de recolección de basura en el municipio de San Salvador y posterior depósito en el relleno sanitario propiedad de MIDES continúan.
A las góndolas con desechos no se les permite el ingreso para que lo depositen porque, según MIDES, la Alcaldía Municipal de San Salvador tiene una factura pendiente de más de $4 millones, por los servicios de recolección, transporte y disposición final.
«Esta situación de falta de pago nos imposibilita brindar un servicio adecuado a la Alcaldía, limitando la capacidad de recepción debido a la falta de equipo y recursos que son destinados por la empresa a la operación, priorizando brindar el servicio a nuestros clientes que hacen un esfuerzo por abonar o pagar puntualmente sus facturas», expuso MIDES.
Desde el viernes pasado en diversos puntos de San Salvador hubo servicio irregular del camión recolector de basura. Ayer este pasó recogiendo los desechos en zonas donde habitualmente tiene ruta durante otros días.
Ante esta situación, la comuna capitalina se defendió diciendo que la falta de pago se debe a que no tienen ingresos de fondos públicos y tampoco se les permite acceder a créditos.
«La Alcaldía de San Salvador está siendo víctima de un bloqueo sistemático que incluye la no entrega de fondos públicos, así como bloqueos para que la municipalidad pueda acceder a créditos y solventar sus obligaciones financieras», sostuvo la municipalidad en un comunicado.
En específico, la comuna se refirió al impago del FODES que ya suma casi cinco meses sin que se desembolse por parte del Ministerio de Hacienda y a que la pandemia del coronavirus también afectó las finanzas municipales.
«Lamentamos y condenamos el cierre del relleno de MIDES, sin pensar en las consecuencias ambientales y los graves problemas a la salud de los capitalinos que puede ocasionar esta situación», apuntó la alcaldía.
En menos de un mes, es la segunda vez que a la comuna capitalina se le cierran las puertas al relleno sanitario de MIDES, ubicado en Nejapa.
Hace unas semanas sindicalistas de la Asociación Salvadoreña de Trabajadores Municipales (ASTRAM) se apostaron en el acceso principal al relleno y no permitieron el ingreso de ninguna góndola ni camión recolector que fuera de la alcaldía de San Salvador.
Fue hasta que el Juzgado Ambiental emitió una resolución en la que ordenó el retiro de los sindicalistas de la entrada al relleno y si estos no obedecían, en no más de 24 horas, iban a estar cometiendo el delito de desobediencia.