El nombre de El Salvador surge en el Festival Internacional de Cine de Cannes 2021, pero como gentilicio. En el grupo de mujeres cineastas iberoamericanas que figuran en la 74° edición del prestigioso festival francés destaca la documentalista Tatiana Huezo.
La directora salvadoreña participa con su primer largometraje de ficción, “Noche de fuego”, en representación de México, nación norteamericana en la que reside desde hace tiempo.
La historia que narra su película —cuyo título internacional es “Prayers for the Stolen”— se centra en tres niñas residentes en una montaña, donde se cultiva maíz y amapolas. Ante el fuerte temor de ser secuestradas, las amigas deciden hacerse pasar por varones. El drama que une la vida de este trío de jovencitas descubre lo que significa ser mujer en una región dominada por la violencia. “Sus madres las entrenan para evitar la muerte o ser esclavizadas. Juntas crean un universo impenetrable, pero no podrán esconderse para siempre”, detalla nota publicada por el sitio cinemaldito.com.
Hay que destacar que la compatriota de 49 años se dio a conocer con el documental “El lugar más pequeño” (2011), basado en testimonios de supervivientes de la guerra civil salvadoreña y “Tempestad” (2016), sobre la violencia en México, que fue presentada en la Berlinale. Por este último recibió 8 nominaciones a los Premios Ariel en la nación azteca en 2017, ganando en cuatro de las categorías: Mejor Dirección, Mejor Sonido, Mejor Largometraje y Mejor Fotografía.
Con “Noche de fuego”, participará en Una Cierta Mirada, la segunda sección más importante del Festival de Cannes.
La salvadoreña es parte del grupo de directoras que representa a Iberoamérica en el festival francés. Con ella, también está la española Clara Roquet, de 33 años, quien se ha desempeñado principalmente como guionista (“Petra”, “Los días que vendrán”). En 2015, realizó su primer cortometraje, “El adiós”, que narra cómo una empleada doméstica boliviana intenta cumplir los últimos deseos de su señora.
La directora sueco-costarricense Nathalie Álvarez Mesén es otra de las debutantes en Cannes. Nacida en 1988, tiene varios cortometrajes a sus espaldas, algunos de los cuales participaron en festivales internacionales, como “Filip” (2015) y “Asunder” (2015). Ha sido alumna en el Berlinale Talents y el TIFF Filmmaker Lab. Su ópera prima, “Clara Sola”, proyectada en la Quincena de Realizadores, cuenta el despertar sexual y espiritual de una mujer de 40 años en un remoto pueblo de Costa Rica.
Con su segundo largometraje, “Medusa”, una cinta de horror que mezcla mitología y realidad, la brasileña Anita Rocha da Silveira, de 36 años, vuelve este año a la Quincena de Realizadores, donde su cortometraje “Os mortos-vivos” fue proyectado en 2012. Su anterior filme, “Mate-me por favor” (2015) también del género de terror, fue presentado en la Mostra de Venecia.
La primera película de la chilena Dominga Sotomayor, “De jueves a domingo” (2012), ya fue premiada en varios certámenes, entre ellos el de Róterdam. Seis años más tarde, con “Tarde para morir joven”, sobre una adolescente que vive en una pequeña comunidad, se convirtió en la primera mujer en ganar el Leopardo a la mejor dirección en el festival de Locarno.
Ella es una de los siete cineastas, incluidos también el iraní Jafar Panahi y el tailandés Apichatpong Weerasethakul, que firman la película colectiva “The Year of The Everlasting Storm” sobre la pandemia, proyectada en las sesiones especiales de Cannes.
La lista de cineastas iberoamericanas se cierra con la brasileña Jasmin Tenucci, que compite por la Palma de Oro al mejor cortometraje con “Céu de agosto”, en el que una enfermera embarazada atraviesa una crisis de ansiedad y se siente atraída por la comunidad de la iglesia pentecostal.
El desfile de producciones cinematográficas ya comenzó y se extenderá hasta el 17 de julio.