En La ciudad de San Vicente de Austria y Lorenzana a unos 60 kilometros de San Salvador se encuentra una de las iglesias considerada patrimonio nacional no solo por su antiguedad sino por su rica historia, un icono colonial del pais,y escenario de importantes capítulos de la historia salvadoreña
El 16 de febrero de 1833 ocupó la plaza de San Vicente el jefe indígena Anastasio Aquino, natural de Santiago Nonualco, que se había alzado en regeneración de su raza. Embriagado por la victoria y el alcohol, las hordas bárbaras de aborígenes analfabetos se posesionaron de los tesoros escondidos por los vicentinos en la iglesia de El Pilar y después utilizando la corona del patriarca San José, Anastasio Aquino se coronó “Emperador de los Nonualcos” y le pusieron sus súbditos el manto rojo perteneciente a la misma imagen, como insignia de su real autoridad.