Los hechos tuvieron lugar durante la celebración del Día de Canadá este 1 de julio después de que partidarios de las comunidades indígenas cubrieran la estatua de Victoria con pintura y huellas de manos rojas.
Una estatua de la reina Victoria situada frente al Edificio Legislativo provincial de Manitoba, en Winnipeg (Canadá), fue derribada por manifestante en medio de la creciente indignación en el país tras los hallazgos en los últimos dos meses de cientos de cadáveres, en su mayoría de niños, en varios antiguos internados donde en el pasado ‘reeducaban’ a los indígenas.
El incidente se presentó durante el Día de Canadá este 1 de julio —que celebra la independencia del país del Reino Unido— después de que un grupo de personas en apoyo a las comunidades indígenas cubriera la estatua de la monarca británica con pintura y huellas de manos rojas en homenaje a las víctimas de la red de internados de reclusión.
En esa misma jornada, los participantes tumbaron una estatua de la reina Isabel II ubicada cerca de la misma sede legislativa. Ambas figuras son vistas en Canadá como representes de su pasado colonial, señala el diario The Guardian.
El descubrimiento este miércoles de 182 tumbas anónimas en la provincia de Columbia Británica, en el sitio de una antigua escuela de asimilación forzada, llevó a los líderes de grupos indígenas a hacer un llamado a la no celebración del Día de Canadá. «No celebraremos las tierras indígenas robadas ni las vidas indígenas robadas. En cambio, nos reuniremos para honrar todas las vidas perdidas por el Estado canadiense», declaró el movimiento social Idle No More, que pidió manifestaciones nacionales para apoyar a las comunidades indígenas.
El primer hallazgo de los restos de un total de 215 niños, algunos de apenas tres años de edad, tuvo lugar a finales de mayo en terrenos adyacentes a un viejo internado indígena en la localidad de Kamloops (Columbia Británica). A finales de junio, en otro internado ubicado en la provincia de Saskatchewan se encontraron 751 tumbas anónimas.
En medio de estos hallazgos, una serie de incendios destruyó cuatro iglesias católicas en comunidades indígenas en el oeste de Canadá. De momento, la Policía no ha establecido vínculos entre los incendios y el descubrimiento de los restos humanos.