A pesar de ser uno de los animales más inteligentes de la naturaleza, las urracas poseen mala fama. De ellas se dice que dan mala suerte, que son ladronas o que son muy sucias ya que muchas veces se alimentan de carroña y residuos.
Sin embargo, la protagonista de esta historia se ha dado a conocer por su carácter afable y amistoso al ser vista haciendo compañía a un hombre que se encontraba arreglando la valla de un vecino en Rowlands Castle, Hants.
Riordan Hanan se sorprendió cuando la urraca blanca y negra se posó en su hombro mientras arreglaba una valla para un vecino cerca de su casa.
Al parecer el pájaro se quedó sentado en su hombro durante tres horas.
«Fue una agradable sorpresa cuando el pájaro se acercó a mí», dijo Riordan.